Puente de San Miguel

         La primera de las entradas dedicadas a este blog va a estar dedicada al centenario Puente de San Miguel de Huesca, construcción llevada a cabo en el año 1912 al mando de su promotor, el ingeniero de caminos Emilio Monterde. Fue levantado con el fin de sustituir al estrecho y rudimentario puente de piedra que hasta entonces unía las dos orillas del río Isuela a su paso por la capital altoaragonesa, y de esta manera conseguir un paso más eficiente a la hora de comunicarla con la carretera del norte hacia Sabiñánigo, convirtiéndose en una auténtica obra de ingeniería de la época, además de la principal puerta de entrada y salida de la ciudad para la mayor parte del siglo XX.

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       Concretamente se encuentra situado entre la iglesia-convento de las Carmelitas de San Miguel (conocido más ampliamente como »las Miguelas») y el parque perteneciente al campus universitario de Huesca, formando parte del recorrido de la N-330 en su tramo urbano. Hoy en día su uso ha decaído con respecto a las décadas anteriores -principalmente por las constantes obras contemporáneas para la circunvalación de la ciudad- aunque no por ello esté exento de valor histórico, artístico y de infraestructura urbana, además de encontrarse en un buen estado de conservación.

            Nos referíamos al Puente de San Miguel como una obra de la ingeniería del momento, y no es para menos, ya que en su construcción aparecieron técnicas, estilos y materiales bastante novedosos en la España de la Restauración. Fue pionero en el empleo del hormigón armado de nuestro país, siendo el primero del mismo que en este material presentaba un arco articulado; presenta también un tamaño reducido pero funcional, en torno a los 25 metros de largo y los 7 de anchura, actualmente destinados íntegramente al tráfico de vehículos, aunque en sus inicios se dividían también para el paso de peatones. Con respecto a su aspecto artístico, presenta un sobrio y elegante estilo modernista característico por sus formas geométricas sobre el blanco hormigón y por sus barandillas de hierro negro con formas naturalistas; el conjunto del puente es rematado con dos farolas de corte también modernista a cada extremo.

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             En la actualidad el Puente de San Miguel no goza de una gran popularidad turística, aspecto que puede ser entendido por un escaso conocimiento de su existencia por la sociedad en general, pero apenas justificado, ya que fue declarado Bien de Interés Cultural en octubre del año 2007 por el Gobierno de Aragón, dentro de la categoría patrimonial de »Monumento». Otro episodio importante para este BIC se produjo en el año 2013, cuando el nombre de Gabriel Rebollo aparecerá junto al de Emilio Monterde como otro de los ingenieros que idearon y proyectaron la construcción del puente.


Referencias e imágenes: http://www.patrimonioculturaldearagon.es/bienes-culturales/puente-de-san-miguel-carretera-de-huesca

3 comentarios

  1. Muchas gracias por preocuparte por el Puente de San Miguel., y en especial lo que dices de que «no goza de una gran popularidad turística», tratándose de una ‘OBRA PÚBLICA’, es decir no una casa o Iglesia, y ser de estilo MODERNISTA.
    Busca una ponencia que presente al Congreso de Hª de la Construcción, referida a esta joya del hormigón y el modernismo, o si estas interesado te la mando junto a mas documentación, pues estoy preparando una REVISTA, SOBRE EL TEMA..

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